Astrónomos Investigan en las Supernovas el Origen del Calcio en Nuestros Huesos.
Ni siquiera el telescopio más poderoso del
mundo había detectado estrellas que explotaran y generaran grandes
cantidades de calcio. Sin embargo, recientemente se registró un evento sin
precedentes.
Corría el año 2019, durante una
observación de rutina en abril, el astrónomo aficionado Joel Shepherd detectó
una explosión inusual mientras veía la galaxia Messier 100 (M100), ubicada a 55
millones de años luz de la Tierra.
Shepherd informó a la comunidad
científica sobre la anomalía e inició un trabajo conjunto con diferentes
telescopios del mundo para examinar la explosión nombrada
"SN2019ehk".
Se trató de una investigación en la que participaron 70
coautores de 15 países, liderados por Raffaella Margutti, de la Universidad de
Northwestern.
Después de que los telescopios registraron la explosión (que duró pocas
horas) examinaron los datos para determinar que se trató de una estrella en su
última etapa de vida, la cual creó una supernova y ésta liberó grandes
cantidades de calcio.
En su libro “La conexión cósmica”, Carl Sagan
nos explicó que los
seres humanos estamos hechos de una materia extraordinaria: polvo de estrellas. En nuestro ADN se
halla la misma fibra con la que se bordan esas estrellas y nebulosas que cada
noche nos inspiran desde el infinito.
Nuestros átomos y los de todo lo que
existe están hechos de los desechos de estrellas antiguas que murieron en el
pasado remoto en el Universo.
Las antiguas civilizaciones lo sabían,
tanto chinos como egipcios como babilonios tenían mapeado todo el Cielo.
A pesar de que hasta hace muy poco, a mitad del siglo pasado, se ha negado la evidencia de las alineaciones astronómicas de la civilización egipcia, los estudios de campo de 5 campañas sobre las orientaciones de +- 400 templos, tumbas y pirámides llevadas a cabo in situ por el equipo de investigación de Juan Antonio Belmonte Avilés, nos certifican sin lugar a dudas alineaciones agrupadas en siete familias, a saber:
I oriental o
equinoccial, II solsticial, III estacional, IV sotiaca (Sirio), V canópica ( Canopo la
segunda estrella más brillante de los cielos egipcios), VI meridiana o cardinal (orientación
primera norte-sur hacia el asterismo del Carro de la Osa Mayor que ellos
llamaban Meskhetyu, Pierna del Toro circumpolar alineada con la estrella Thuban, la Polar de aquellos tiempos, la que marcaba el norte) y familia VII intercardinal
(noreste/noroeste, sureste/suroeste; primero se establece el eje norte-sur y despues se gira 45° para después establecer
el este-oeste).
Ya el propio faraón Djedefre de la IV
Dinastía (2482-2475 HKW 2006) se denomina a sí mismo como una estrella “sehedu” en su conjunto
funerario. En las más primitivas dinastías el dios halcón Horus es identificado
con una estrella pero no una estrella cualquiera, sino con la “estrella que
está a la cabeza del cielo”.
De hecho al Sol lo relacionaban con
el fuego, era como un divino ojo de fuego que con su barca navegaba por el
Cielo y se introducía en el cuerpo de la Diosa Nut (la Vía Láctea) en su viaje nocturno por el
inframundo.
En los textos de las Pirámides se
refieren al rey como una gran estrella, hija de Sopdet/Sirio/Isis y Sah/Orion/Osiris .
Algunos astrónomos identifican que el
calcio de nuestros huesos provenía de alguna estrella de la Constelación Orión
El Cazador y que curiosamente ha sido representado desde el antiguo Egipto Sah
como una figura de hombre o gigante estante en una barca con un gran cetro en
su mano izquierda y el símbolo “anj”en su derecha, la cruz ansada, la llave de
la “vida”.
El hombre, su
inmanencia y condición de eterno; relacionado con los hombres,
significa la búsqueda de la inmortalidad, razón por la cual es utilizada para
describir la vida o la idea de vida después de la muerte, entendida como
inmortalidad, al principio sólo digna del faraón y, después del Imperio
Nuevo, de todos los egipcios al evolucionar sus creencias, tal como se describe
en el Libro de los Muertos.
Es posible que en la Constelación Orion se encuentren estrellas supernovas que generen con su explosión gran cantidad de calcio.
Los componentes del calcio se conocen desde la
prehistoria.
Algunos de estos metales alcalinotérreos fueron
aislados por electrolisis por el químico británico Humphry Davy considerado el
fundador de la electroquímica, junto con Alessandro Volta y Michael
Faraday, concretamente el calcio en 1808.
Sorprende que en su figura natal Saturno
estuviera en Escorpio 22º en conjunción con el Ascendente y que en el año 1808 Saturno
tuviera su revolución, volviera a estar todo el año transitando por Escorpio
desde los 19º a los 29º y por lo tanto por su Ascendente, horizonte este.
Nuestra cultura astrológica nos propone a
Saturno como símbolo del esqueleto interno en los vertebrados o externo/invertebrados,
de los huesos y dientes y por lo tanto del calcio que los conforma.
La formación de tejido óseo es un proceso
fascinante que forma parte del desarrollo humano y que recibe el nombre
de osteogénesis. Se inicia durante la octava semana del desarrollo embrionario.
Pero volvamos al tema principal que nos ocupa y
levantemos la figura correspondiente al 28 de abril del 2019 por la noche y
poniendo a la supernova SN 2019 ehk culminando en Seattle, fecha de la
observación de la galaxia espiral Messier 100 por Joel Shepherd.
Veamos en qué condiciones encontramos a los
planetas :
Saturno, bajo el influjo de la estrella Dheneb, la
zeta de la Constelación Aquila, se encuentra en uno de sus domicilios, Capricornio, conjunto al Nodo Sur lunar y el Sol conjunto a Urano con estrellas de la cabeza
de la Constelación Aries Hamal y Mesarthim.
La estrella Dheneb tiene una vertiente de
Afortunada, Estudio, Exito, Fama, Logro, Observación según investigaciones de
Carlos Carneado.
Según Ptolomeo la influencia de la Constelación
Aquila es similar a la de Marte y Júpiter. Se dice que da gran imaginación,
pasiones fuertes, voluntad indomable, carácter dominante, influencia sobre los
demás, clarividencia, una mente aguda y penetrante y capacidad para la
investigación química.
En cuanto a las estrellas de la cabeza de Aries
Hamal y Mesarthim, da un carácter testarudo y obcecado en su determinación, propio de
investigadores, entre otras analogías.
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Bibliografía
Título | La Conexión Cósmica | |
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Traducido por | Jaime Piñeiro | |
Editorial | Plaza & Janés | |
Ciudad | Barcelona | |
País | España | |
Fecha de publicación | 1978 |
https://noirlab.edu/public/es/news/noirlab2019/#:~:text=Observaciones%20realizadas%20en%20el%20telescopio,se%20encuentra%20en%20el%20Universo.
PIRÁMIDES, TEMPLOS Y ESTRELLAS
ASTRONOMÍA Y ARQUEOLOGÍA EN EL EGIPTO ANTIGUO
JUAN ANTONIO BELMONTE
AVILÉS
Editorial:
CRÍTICA (PAPEL)
Año de edición:
2012
Materia
ISBN:
978-84-9892-386-5
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